Endereço de correio eletrónico

ociclista@aeanadia.pt

quarta-feira, 4 de julho de 2018

Concurso de Escrita Criativa - 11.º F


Soy un niño sirio
Hola, me llamo Hellyia y solo tengo diez años. Mi sueño es vivir en la Unión Europea pero nos han cerrado las fronteras. Nos han abandonado en nuestros botes mientras cruzábamos el Mediterráneo. Nos han abandonado en esta guerra que ni nosotros entendemos, nos han abandonado en los escombros y ruinas de nuestro país.
Las calles están bañadas de sangre. Por la noche intento dormir, pero aunque las bombas paren, las pesadillas me persiguen. Por la mañana, cuando salimos de nuestros refugios, el silencio ensordecedor domina las calles que antes estaban llenas de personas, coches y aroma de comida. La guerra los ha sustituido: las personas por cadáveres, los coches por tanques y el aroma de comida por el de polvo y la muerte.
Aún peor que el silencio son los gritos de sufrimiento, el lloro de los padres que agarran a sus hijos de ojos cerrados, de piel blanca y fría.
¿Qué elegir? ¿El silencio que corta como un cuchillo o los gritos de desesperación que duelen como el hambre?
Todas las mañanas mi padre reza, me rebelo y lloro porque incluso Dios nos abandonó. Somos un pueblo abandonado, perdido y dejado a nuestro destino.
Esta semana murieron más de 400 personas, las bombas siguen cayendo sobre nuestras casas, sobre nuestros hospitales y sobre nuestras maternidades, sin embargo el Mundo nos ha vuelto la espalda. La prensa internacional ha dado días y días de atención a un tiroteo en una escuela americana… nosotros tuvimos cinco minutos de atención.
Las personas piensan que mi país y la guerra son inseparables, que todo lo que conocemos es guerra y terrorismo, pero eso no es verdad. Ya hemos sido un país próspero, tolerante, multicultural y, más que todo, un país pacífico. Sin embargo la codicia, el fanatismo, los intereses económicos y políticos, la corrupción y la inhumanidad nos han sacado nuestra tierra, nos han puesto en este estado miserable en el que nos encontramos, donde los Derechos Humanos no nos valen.
Lo que más me molesta son los líderes, que lamentan nuestra miseria pero continúan apoyando a los tiranos que nos siguen bombardeando. Vivimos en un mundo asquerosamente hipócrita pero algunos no nos rendimos.
Y el silencio de Occidente es lo mismo que presionar el gatillo de las armas que siguen matando a mi pueblo.
David  Machado Pires, 11.º F

Sem comentários:

Enviar um comentário